Ha sido un día muy especial. Empezamos en la Basílica de San Isidoro de León, donde nos recibieron con todo el cariño. Al final de la Misa, nos ofrecieron subir al altar, donde rezamos la oración del peregrino, cantamos el himno del peregrino y, al final, tocaron para el grupo ¡¡el himno de la Virgen de Covadonga!! Todo muy entrañable.